una vez sentenció:
"Nunca cuestiones la autoridad del cosmos"Por más que sus ojos estaban ciegos él podía ver mucho más
de lo que otros veían.
En esa noche de amor inferno la aleatoriedad del caos era latente
y Claudia lloraba desconsolada sin nada que esconder en el presente.
Todo daba comienzo a una nueva vida, pero el suicidio de Antonio
fue inminente.
Entre oscuras luces danzaban los cuatro, o quizás eran dos.
Humilde homenaje para la flor del desierto.
3 comentarios:
A LA MIEEERDA! Quedé helado bolooo!!!!
Precisamente, en mis ratos libres, cuestiono la autoridad del cosmos. Pero resulta que vienen algunos barbasblancas que me dan bastonazos y sacuden su cabeza con un gesto de desaprobación, alguna manía Zen seguramente.
Eran cuatro, ellos, y sus sombras.. o quizás eran dos?
Uhh noooo qué zarpado lo que acabo de leer! eran 4 por las sombras!
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