Vagando por Antares y sumergido en un eterno letargo
deambuló por mi mente un lejano recuerdo;
Una antigua nebulosa,
sin duda la más exótica,
de casi infinitas gamas e insondables misterios.
Aquello quedó muy atrás,
quizás tan atrás que requeriría toda una vida
para volver a encontrarla,
a contemplarla, a atravesarla
y a explorar sus más profundos rincones.
Ese viaje fue pasajero
y sólo llegué a admirarla desde lejos.
La nostalgia me abruma
y hasta quisiera embarcarme a su encuentro.
Ya estoy muy lejos,
y si vuelvo quizás ya no la encuentre.
Quizás haya cambiado,
Quizás hoy es una estrella.
¿La reconoceré? ...
Hoy sólo me queda su recuerdo
y me motiva a seguir creyendo
que en todo este vacío,
quizás en algún otro tiempo,
vuelva a existir algo parecido.